quinta-feira, 13 de julho de 2017

"Vinos de Potrero": el ambicioso proyecto de un futbolista argentino


Escrito por Fabricio Portelli 

Son muchos los personajes conocidos que disfrutan el vino, pero pocos los que deciden dar un paso más allá y convertirse en bodegueros part-time. Y así como estrellas de Hollywood de la talla de Brad Pitt, Angelina Jolie y Francis Ford Coppola, o músicos internacionales como Madonna, Joan Manuel Serrat y el grupo de rock ACDC (entre otros) llegan con sus etiquetas a miles de fans y enófilos de todo el mundo, en el ámbito local cada vez son más los famosos que se animan a producir sus propios vinos. 

Es cierto que existen los personajes que aprovechan el momento y ceden su nombre (como Maradona o Messi) para lucir en botellas de vino. Pero también están los apasionados de verdad que se involucran de lleno con la vid. Algunos comprando viñedos, otros incluso construyendo bodega propia y creando así un negocio familiar. Solo aquel que disfruta del buen comer y beber sin pertenecer a una tradición vitivinícola, puede contagiarse de su magia y caer en sus redes. 

Así llegaron el futbolista Nicolás Burdisso (36) y Belén Soler Valle (su esposa y manager del proyecto) a comprar en 2010 una finca en Gualtallary, Mendoza, después de pasar una década disfrutando los mejores vinos europeos en los restaurantes más sofisticados del Viejo Continente. El excampeón del mundo con Boca Juniors y defensor de la selección argentina emigró a Italia hace quince años, donde sigue jugando en el Genova. Y si bien es un deportista de alto rendimiento, en sus días libres aprovecha para viajar con su mujer por las regiones vinícolas de Italia, Francia y España.

El vino después de descorchado puede aguantarse solo unos días abierto (Shutterstock)
               El vino después de descorchado puede aguantarse solo unos días abierto (Shutterstock)
"La idea comenzó como un ensayo, un sueño que fue construyéndose, en el que queríamos sentirnos cómodos, bien acompañados y seguros. Hoy tenemos la primera partida de vinos elaborados por profesionales que admiramos y queremos, que trasladaron sus conocimientos y sensibilidad a los vinos y que sobrepasaron los estándares de calidad que buscábamos", cuentan Nicolás y Belén al hablar del proyecto que acaban de presentar al mercado. 

A partir del disfrute de la buena mesa, y de pensar en un futuro regreso al país para estar cerca de sus familiares, surgió la idea, y todos los caminos los condujeron a Gualtallary, en el Valle de Uco. Allí, por sus suelos pobres y pedregosos, y las condiciones climáticas extremas, las uvas adquieren una mayor concentración y una personalidad única. No por casualidad muchos de los vinos mejor calificados por la prensa especializada provienen de ese terroir. 

Los suelos de la finca son aluvionales y profundos, de textura franco-arenosa con muchas piedras, tanto en superficie como en profundidad, y un alto porcentaje de calcáreo. Desde el principio Nicolás y Belén se rodearon de profesionales y eligieron al enólogo Bernardo Bossi Bonilla, quien ha trabajado en importantes bodegas tales como Catena Zapata, Ernesto Catena Vineyards, Casarena y Mythic.

El Malbec es, por excelencia, el gran vino argentino (Shutterstock)
El Malbec es, por excelencia, el gran vino argentino (Shutterstock)
Los Vinos de Potrero nacen así en cuatro pequeñas fincas vecinas entre sí; a base de Malbec y el Cabernet Sauvignon; divididas por parcelas muy bien definidas. "Cada una tiene características especiales identificadas y es trabajada para que su fruto tenga como destino un vino en particular", afirma el enólogo, que trabaja en equipo con los agrónomos Alejandro Liveralla y Marcelo Canatela (uno de los máximos referentes).

El terroir es el campo de juego del vino. Y así como forja su carácter, el potrero marca al jugador para siempre. "Quien pueda destacarse con la pelota en una tierra árida, con desniveles y charcos de agua, tendrá un juego distinguido que se podrá destacar en los mejores estadios del mundo. Así como aquella vid que tolere el crudo frío de la noche y el abrasador sol del día, la falta de humedad y la altura para sobrevivir, conseguirá que sus frutos maduren de manera excepcional", resume Bernardo Bossi Bonilla. 

Los Vinos de Potrero 

Por ahora son cuatro vinos, todos tintos y elaborados con uvas propias de Gualtallary. 

– El Malbec de Potrero ($240) es el vino joven de la casa. Un tinto fluido, fresco y fácil de beber, con las notas que el público espera de Gualtallary, y solo seis meses de paso por barricas de roble nuevas y de segundo uso, cuenta el enólogo. 

– El Reserva de Potrero ($320) también es un Malbec puro, un poco más concentrado pero también bebible y disfrutable, con doce meses de crianza. 

– El Gran Malbec es de 2015 ($450) y pasó un año en barricas nuevas y usadas, elaborado con uvas proveniente de las partes con más calcáreo de las fincas. 

– El Debut 2014 ($800) tiene una historia particular. No se trata del ícono de la casa porque el techo está mucho más alto, pero fue el primer vino de la familia. Un blend pensado para consumo personal que terminó siendo el que dio el puntapié inicial del emprendimiento. 

"Como disfrutamos tanto hacer este vino, se nos ocurrió lanzarnos con la aventura, sin dudas es un vino que nace de la pasión", aseguró Nicolás Burdisso.

Fabricio Portelli es sommelier argentino y experto en vinos. (FabriPortelli)
[Fuente: www.infobae.com]

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