Reseña histórica de la familia Bauer, representantes de la banca Rothschild en España, amigos de Alfonso XIII, parlamentarios y concejales en el Madrid de la época de José Antonio Primo de Rivera.
En las estribaciones del Parque Nacional de Guadarrama, concretamente en La Granja de S. Ildefonso -Segovia- se construyó el magnífico Palacio Real de Verano de los Reyes de España (sobre los restos de otro palacio menor que venía de la mano de Enrique IV, de la dinastía de los Trastamara) Y a su vera, en la hoy llamada Calle de los Infantes, frente al palacio que Carlos III construyó en el S. XVIII para sus hijos -hoy Parador Nacional- se levanta lo que se conoce como la Casa Bauer, en origen palacete para gentilhombres de cámara de la corte del S. XVIII y que los Bauer adquirieron a mediados del S. XIX.
El atrio neoclásico de columnata dórica, acceso al jardín francés
Ignacio Bauer, judío húngaro (Budapest, 1827) fue educado en el cosmopolita Trieste -puerto del Imperio austrohúngaro por excelencia- con los Morpurgo, una de las familias judías más aristocráticas de Italia, entre quienes destacan, por esa época, el barón Brutus Morpurgo, financiero, nacido en El Cairo, casado con Lady Clarissa Laide of Clan Ferghys, o Rajel Luzzato Morpurgo, la primera poetisa hebrea después de dos mil años. Ignacio Bauer se casó con Ida Morpurgo -hija del barón de Morpurgo- a instancias de James Rotsdchild; cuando empezó a trabajar en el mundo de la banca Rotschild fue enviado a España en 1856.
Ignacio Bauer |
A su muerte, en 1895, las labores de agente de banca en Madrid para los Rotschild -a saber, canalizar y gestionar las Minas de Riotinto y las Minas de Peñarroya, así como el Ferrocarril Madrid-Zaragoza-Alicante (MAZ), y la refinería de petróleo Deutschet et Ciapasaron- pasan a su hijo Ignacio (La Granja, 1865).
Como costumbre durante tres generaciones, todos los Rotschild casaron con Landauer. Ignacio casó con Rosa Landauer. Entre sus posesiones inmobiliarias, además del palacete de La Granja para los veranos, conocemos el palacio de la Calle de San Bernardo, hoy Conservatorio de Canto, o la finca de la Alameda de Osuna y el Parque del Capricho.
La hija de Ignacio, el patriarca, casó con el duque de Bayona: otro de los hijos, Gustavo, que era parlamentario en 1910, se convirtió al cristianismo. El tercero, también llamado Ignacio, fue padre de tres hijos que conservaron el judaísmo: Ignacio, Eduardo y Alfredo. Ignacio era cónsul de Finlandia en Madrid y doctor en Letras y publicaba opúsculos de Historia, mientras se hacía cargo de los negocios familiares. Una vez pidio a Rafael Cassinos Asens, tío de Rita Hayworth, que fuera "su negro", pero Rafael se negó.
En 1952, sin descendencia, y junto a su esposa, se retiró a Suiza, después de vender el Palacio de Bauer en Madrid al ayuntamiento para abrir allí la Escuela de Canto.
Palacio Bauer en Madrid C/S. Bernardo, s XVIII, comprado a los marqueses de Guadalcázar
Pero en otros tiempos -en los locos años 20- la viuda de Bauer, en su palacio de La Granja, daba espectaculares fiestas, como la que dio el 28 de agosto de 1921, a la que asistió S. A. R. la infanta Isabel -hija de la reina Isabel II. En el primer piso, la cena; en el piso de abajo, el baile para la juventud -el fox trop- con la estrepitosa novedad de las bombillas de colores, que refulgían no solo en el cristal de Bohemia de las copas que bebían sino, para pasmo de las crónicas de sociedad -el "Blanco y Negro"- hasta en las copas de los árboles del jardín romántico. La Infanta Isabel, además de hija de la otrora reina de España, era hermana mayor de Alfonso XII y tía, por tanto, del rey regente, Alfonso XIII. Los Bauer, con la Casa Real Española tenían tres líneas paralelas de relación: por un lado, la Banca Rotschild que representaban en España permitía a la Corona Española unos impagables contactos internacionales; por otro, financiaron y difundieron -con la Infanta Isabel como epicentro- la glamurosa modernidad del grand monde en La Granja -operación social de atracción financiera como luego serían Marbella o Sotogrande. La Chata, parece ser que estaba vinculada a La Granja por amores prohibidos con un señor casado -siendo ella ya viuda- D Joaquín María de Castellarnau, ingeniero de montes de la Real Casa, investigador y naturista. Los Bauer -tras el incendio del Palacio Real en 1918, que aleja a los reyes de la Granja- invierten dinero privado en varios lugares emblemáticos de la aristocracia madrileña en la Granja: el “Blas Club”, local cerrado para tertulias y bailes, cuya portada y escudo aún se conservan en la Plaza de los Canónigos; y el Club de Campo, para deportes y actividades al aire libre (tenis, golf, criquet, tiro…) A partir de 1930 se añaden unas instalaciones para el baño en Valsaín, en la presa del Olvido, al que irónicamente se denominan “La Playa” y el “Club Náutico del Guadarrama”. El último eje de relación era más privado e íntimo: Ignacio Bauer y Lauder participaba activamente -eso dicen- en las correrías sexuales de su amigo S.M Alfonso XIII.
En 1929, con el famoso crack, la fortuna de los Bauer se tambalea. En 1932, con la proclamación de la 2ª República, se disuelve la sociedad de los Bauer. Con la Guerra Civil se da la puntilla definitiva. Eduardo Bauer Landauer es asesinado al comienzo de la contienda fratricida; Alfredo, temiendo correr la misma suerte, se exilia en México; Ignacio, el hermano mayor, permanece en España hasta 1952, para retirarse a vivir su vejez en Suiza.
Panteón egipcio de los Bauer en el Cementerio Británico de Madrid
[Fuente: phuergocaso.wordpress.com]
Sem comentários:
Enviar um comentário