segunda-feira, 29 de maio de 2017

Afroyaya, la superheroína setentera que habla en murciano


Escrito por EDUARDO BRAVO

La infancia y la adolescencia de Chema Lajarínez estuvo rodeada de cómics. Aunque estudió Bellas Artes, los tebeos seguían ahí. «Fui compañero de piso de Daniel Acuña, que trabaja para Marvel. De hecho, tener a un monstruo como él al lado me acomplejaba porque yo no evolucionaba a su ritmo», comenta. «Como dibujante me sentía un inútil, así que me fui a lo fácil, a dedicarme a aquello en lo que me alababan. Sobre todo, la pintura».
Sin embargo, Lajarínez no se sentía del todo a gusto. Se dio cuenta de que necesitaba contar historias, ser un narrador. En ese momento de duda, una superheroína apareció para ayudarlo. Se trataba de Superyaya, una abuela con superpoderes, aspecto estrafalario y acento murciano que le infundió el valor que necesitaba para dedicarse al cómic.
«La Afroyaya surgió de conversaciones y chorradas con colegas como Acuña y Santi Arcas, que trabaja para la editorial estadounidense Image», cuenta. «Un día hablábamos sobre las abuelas que critican nuestros peinados cuando ellas llevan el pelo cardado o de colores estridentes. Como también me molan mucho los años 70, los cómics del black powerFalconPower man, la Marvel macarra, se me ocurrió llevar al extremo una abuela así».
La primera aventura de Afroyaya iba a ser un cómic de 32 páginas para la editorial Tres Fronteras. Un tebeo que después de acabado, nunca llegó a publicarse.
«Lo dejaron en un cajón sin darme ninguna explicación. Por eso, entre 2015 y 2016, seguí trabajando en ello. Pensé, “venga, joder, acábalo, como sea. Cierra el círculo y dale a la Afroyaya una despedida a lo grande”».
Así ha sido. Afroyaya acaba de ver publicadas sus aventuras en la editorial Gotas de luz. Es un tebeo que supera con mucho esas 32 páginas originales y en el que su autor realiza un homenaje al universo del cómic con el que creció.
Además de contar con cameos de personajes como Blackjack de Osamo Tezuka, el Amo del Calabozo de Dragones y Mazmorras, o del mismísimo Stan Lee, creador de Spiderman, Afroyaya emplea recursos creativos de autores míticos como Walt Kelly.
«En Afroyaya utilizo diferentes tipografías para los distintos personajes. Es una cosa que ya hacía Walt Kelly en Pogo. Siempre me ha parecido que está muy desaprovechado el tema de la tipografía en el cómic. Usándola bien, junto a los bocadillos, tamaño de texto y demás, puede ayudar al tono, timbre, matices… A todo lo que se pierde el cómic al no poder usar el sonido. En todo caso, creo que si no se utiliza mucho porque es un auténtico coñazo. Buscar una voz para cada personaje y luego rotular».

A pesar de lo laborioso del proceso, ha merecido la pena. La buena acogida que las aventuras de esta abuela murciana con pelo afro y superpoderes ha sorprendido a su propio autor. Hasta autores como Paco Alcázar, Pedro Vera o Chema García han reinterpretado el personaje con su propio estilo. En definitiva, «me ha hecho darme cuenta de que esto no acaba aquí», reconoce Lajarínez, quien, a día de hoy, ya se encuentra escribiendo el segundo tomo de Afroyaya.
«Voy a intentar ampliar un poco el universo del personaje, aclarar algunas dudas sobre su naturaleza y atar algunos cabos del número uno. Otra cosa que me han insistido los padres, pues parece ser que está triunfando entre chavalillos de 8 a 12 años, es que no haya palabrotas. Voy a hacerles caso, porque eso es un residuo que queda de los inicios del proyecto que era más underground».

[Fuente: www.yorokobu.es]


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